miércoles, 9 de junio de 2010

Runas

Algunos opinan que el alfabeto rúnico se desarrolló tomando como base el griego, pero otros investigadores han hallado evidencias de una escritura prerrúnica muy antigua que data de finales de la Edad de Hielo. El alfabeto rúnico tiene 24 letras y cada letra tiene en sí misma un significado mágico y místico simultáneamente.

El conocimiento de las runas lo consiguió Wotan (Odín) colgándose por nueve días en el árbol cósmico del espanto (Yggdrasil) e hiriéndose con una lanza en el costado, en lo que es una práctica iniciática chamánica. Proyectadas en rituales mágicos, los antiguos germanos dotaban a las runas de grandes poderes. Tácito describe en su “Germania” una práctica oracular a base de varas de madera con unos grabados que eran runas. Debidamente ritualizadas, las inscripciones rúnicas en espadas u otros objetos los dotaban de un poder excepcional. Sobre las runas de la SS, su origen se sitúa en los antiguos guerreros germánicos, los cuales esculpían los signos rúnicos sagrados en la vaina de las espadas que utilizaban en el combate. Se les atribuía a estos signos un valor mágico de sabiduría, protección y poder, siendo grabadas también en los navíos y los lugares solemnes para dar seguridad y estabilidad al pueblo. Los SS se identificaban con estos guerreros germánicos teutones y con su mitología por ser guardianes ancestrales de la Patria nórdica.

El barón Sebottendorf, fundador de la Orden de Thule, consideraba que las runas constituían “el poder esotérico primigenio”. Rudolf J. Gorsleben trató de reconstruir la ciencia espiritual de las runas y de sus poderes mágicos como conductoras de la energía que anima el universo entero e influye en el mundo material. Así, las runas son el vínculo entre el macrocosmos y el microcosmos del hombre ario posibilitando la unión mística con Dios. Según Gorsleben, la más sagrada de todas las runas sería Hagal, que se hallaría presente en el hexágono, la flor de lis de la heráldica e incluso en la pirámide de Keops, ya que la civilización aria primigenia había sobrevivido bajo diversas formas culturales. Gorsleben afirmaba que las distintas formas de cristalización mineral serían proyecciones sólidas y geométricas de las runas, su materialización cósmica.

El conocido ariosofista Guido von List, en 1902, cuando fue operado de cataratas, sufrió once meses de ceguera transitoria en el transcurso de la cual su ojo interior le hizo vislumbrar la religión germánica y el origen de las runas, revelaciones a partir de las cuales trató de reconstruir la lengua aria primigenia que dio lugar a todas las demás. Este lenguaje es un lenguaje mágico en el cual cada palabra tiene un poder vinculado a un principio absoluto. List interpretó, por una parte las letras y sonidos de las runas y, por otra, las inscripciones y emblemas antiguos y expuso sus resultados en “El secreto de las runas” (1907). El ocultismo rúnico surgido de este trabajo constituyó la principal clave del esoterismo de List, que obtuvo notable popularidad a comienzos del siglo XX, especialmente durante la Primera Guerra Mundial.

Karl María Wiligut, conocido como algunos como el “Rasputín” de Himmler, aseguraba haber recibido sus conocimientos ocultistas de su abuelo Karl. Para Wiligut las runas contienen en su código cifrado la historia entera de la creación del hombre, originada en tiempos inmemoriales en los territorios del Polo Norte. Allí había residido una raza etérea y luminosa de profundísima sabiduría que, sin embargo, había ido degenerando con el tiempo a causa de la degradación racial producida por su mezcla de sangre con las razas telúricas. En la actualidad sólo los iniciados tienen acceso al misterioso lenguaje de las runas, accesible a través de claves secretas.

Himmler encargó a Wiligut el diseño de un anillo con el que honrar los méritos extraordinarios de los miembros más destacados de la SS, el llamado anillo de la calabera (Totenkopfring), que se entregaba acompañado de un certificado que describía tanto la ornamentación como su simbolismo. En este anillo, figuran la esvástica y tres signos rúnicos. cuyo significado ha sido tomado casi literalmente de Guido von List:

- La leyenda de la esvástica es “sé uno con Dios, el Eterno”.

- La runa Hagal: “vela por el universo que hay en ti y dominaras el universo”.

- La runa Sol: “el espítu creador siempre vence”.

- La doble runa Sig, seguida de lo que parece una superposición de la runa Tyr con la Os, ideada por el propio Wiligut: “la fuerza de tu espíritu te hace libre”.

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